MORTIMER (1972-1982)

La historia según X.Mortimer

Texto extraido del fancine de presentación de la banda para la reaparición de 1980 en la sala La Orquidea de Barcelona.


"Yo había adquirido por mi cuenta algunos conocimientos musicales y comprendí que iban a ser mi medio de expresión. Josep, mi amigo, se apuntó felizmente a la batería y más tarde invité a Dome que sabía darle a la guitarra.
Como suele pasar normalmente, o al menos pasaba antes, los primeros años fueron muy duros. No había equipo. No había local. Sólo teníamos algunas canciones y las tremendas ansias de tocar en cualquier lugar y para cualquier gente. De hacho actuamos un par de veces. El sonido y la afinación tenían poca importancia. Lo que realmente nos importaba era estar sobre el escenario."

"Aquella primera experiencia, aunque no duró mucho tiempo, si fue suficiente para convencernos de que debíamos continuar. Dome nos dejó y Josep y yo pasamos algún tiempo planeando, una y otra vez, mil proyectos que nos frustraba la adversidad. Era doloroso sentirse impotente. Ni tan siquiera nuestros sueños podían permanecer demasiado tiempo en nuestras cabezas. Siempre acabábamos con la misma pregunta - ¿Como lo vamos a hacer? - Encendíamos un pitillo y callábamos. Los dos sabíamos cuales eran nuestros sentimientos en aquellos momentos."

"Al cabo de un año, coincidimos en un grupo de baladas. Josep me había llamado porque necesitaban un guitarra. Y allí me fui con mi vieja Rock Orquestra. Ensayábamos todos los sábados en la trastienda de una granja (así llamábamos a las tiendas que despachaban leche y servían meriendas y desayunos)."

"Empezamos a llegar a los ensayos un par de horas antes de que llegaran el resto del grupo y aprovechábamos para componer y tocar nuestras canciones. Aquello duró unos meses hasta que decidimos volver a formar Mortimer."

"Un día apareció Iñaki con su bajo y un montón de componentes de radios y tocadiscos que utilizaba como amplificador." 



"Despertando a los días ya distintos, el desencanto te abre los ojos sobre un lecho de lamentos fatigados. Y de nuevo, esa sensación maldita, esa argolla que retiene el grito en la garganta.
Así sales, así naces a la calle. Así descubres tu mirada, mirada en cientos de miradas. Observas tu cansancio en quien ante ti camina.
Y allí también estas. En aquel banco. Eres el viejo que al sol está esperando a no tener que esperar.
Mientras, sólo las paredes sonrien a tu paso. Es la fría sonrisa de los candidatos, la interesada sonrisa de los escaños. A todo ello le llaman PAZ.
Pero tu, en tus entrañas sientes la guerra que siempre mantiene el que ha sido derrotado.
Así llegas al escenario. Así subes a él para romper esa argolla y dar vida a un canto.
Después, seguirás esperando..."


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